ALITA ROTA ( CUENTO )
Una hermosa mañana de primavera sobre la copa de un frondoso árbol nacimos de un huevito mis dos hermanos y yo. Nuestro padre recorría todo el vecindario recogiendo migas de pan o semillas para nuestra alimentación y así pasaron los días hasta que un día cualquiera nuestros padres decidieron que teníamos que aprender a volar , los tres espesamos a mover nuestra pequeñas alitas y como somos muy pequeñitas no fue muy dificil sostenernos en en el aire, bajo la atenta mirada de nuestra ave madre muy pronto ya estábamos recorriendo los alrededores de nuestro entorno.
Como la vida de nosotras las aves en muy corta , debemos independizarnos a muy temprana edad y buscar nuestro propio alimento, en mi caso tomé la decisión de recorrer lo más cercano a mi árbol y me encontré con un lindo jardín lleno de plantas con hermosas flores y algunos árboles pequeños.
Justo ahí es donde todas las mañanas al salir el sol y iba recoger algunos de mis alimentos preferidos, sabiendo que ahí vivían dos inmensos y peludos perros casi blancos y una gorda gata medio ploma que dormía todo el día al sol, bueno mi inocencia y falta de experiencia me jugó una muy mala jugada un día que jamás olvidaré . Estaba yo muy fresca de cuerpo comiendo unas migas de pan que había en el patio cunado de la nada aparece esa fea y gorda gata y me agarra del pescuezo como si yo fura un juguete, al principio di todo por perdido porque para ser sincera nunca imaginé que este feo animal fuera tan hábil y rápido. Pero ahora que lo pienso bien yo siempre veía a la famosa gata agazapada y quieta como un estatua y la muy desubicada pensaba que ella estaba durmiendo, pero no , estaba esperando a su presa.
Bueno después de ser cazada como un vulgar ratón no me quedó más que hacerme la muerta, cosa que no es tal fácil porque la gata lo que quería era jugar con mi pequeño e insignificante cuerpecito, pero como el destino de todos los seres vivientes está definido, no era mi hora de morir y de la nada aparece el ser humano dueño de la casa y de un escobazo dado justo en la cabeza de la famosa gata me soltó y ahí quedé paralela sin hacer ningún movimiento, pero con toda mi pequeña inteligencia a la espera de los acontecimientos. No pasó ni un segundo y el ser humano me agarró del cogote y me tiró en el tarro de la basura y lo tapó
Para suerte mía los daños no habían sido de mucha consideración , pero ahora me encontraba prisionera en la más absoluta oscuridad y con algunos restos de comida, pensé en aletear para llamar la atención pero recordé que mis padres aves siempre me inculcaron que los humanos le temían mucho a los ratones y en este caso era muy fácil confundir el ruido con el de las ratas, por lo tanto me mantuve en estricto silencio y con la esperanza que muy pronto alguien debería botar más basura.
Pasado un día y medio y la luz llegó a mis ajos, ya que el ser humano dueño de casa abrió el tarro de la basura para depositar una bolsa con restos de la misma y ahí aplique toda la energía que tanto había guardado y salí por los cielos tan rápido que hasta yo me asusté de tanto aleteo. Al llegar a mi nidito en mi árbol recién me percaté que una de mis pequeñitas alitas estaba rota, pero yo estaba con vida.THE END