lunes, abril 08, 2019

TRIBUTO A NUESTRO QUERIDO CIRCO MINERO

TRIBUTO A NUESTRO QUERIDO CIRCO MINERO


Corría el año 1947 cuando los estudiantes de la Escuela de Minas de La Serena iniciaron fogatas  en la cancha de básquetbol para celebrar el día 26 de Agosto que corresponde a la fecha de la creación de dicha escuela.
.El año 1950  tuvo más de dos meses de vacaciones de invierno para los estudiantes y las clases se reanudaron el 26 de Agosto.De acuerdo con el programa de construcción de los nuevos edificios, la demolición del antiguo internado y la instalación de algunas salas de emergencia, significaron para algunos vacaciones extra y para otros, la oportunidad de trabajar.
Durante los primeros años hasta el el año 1950, sólo se dedicaban a contar anécdotas y chistes relacionados con el diario vivir estudiantil, según los historiadores esta costumbre de reunirse en una fogata en las noches , viene desde los minerales del país donde los trabajadores, después de una ardua tarea diaria se juntaban a relajarse contando sus historias, vivencias y chistes..
El año 1951 con la participación de don Manuel Zapata, don Luis Núñez y varios visionarios estudiantes de la época montaron el que sería el primer Circo de estudiantes de América Latina, todo era como un sueño ya que no se contaba con absolutamente nada relacionado con circo, tampoco había experiencia alguna, pero con la creatividad y las ganas de hacer algo se inicia un largo camino de éxitos que perdura hasta los tiempos presentes.
Así es como la magia del circo minero inicia sus actividades levantando dos palos en sus respectivos tambores con arena y se rodea el centro de la la cancha de la Bombonera con las gamelas del taller de fundición.No habiendo números verdaderamente circenses.
El Viernes 15 de Septiembre, se realiza una velada artística en reemplazo del circo con fogata tradicional.En aquella ocasión, previendo el frío serenense, se tendieron algunas carpas sobre la cancha de básquetbol, es la primera vez que los profesores asistirían a nuestra fiesta, después de la cena que también por primera vez , se realizó en conjunto en los comedores provisorios.
No resultó difícil conseguir la colaboración de los músicos de la banda del regimiento Arica , ya que alguno de ellos eran ex-alumnos de nuestra escuela de minas .Se arrendaron dos coches victorias para un desfile de promoción de la velada por las calles céntricas de la Serena y los Pelucas con su alegre música anunciaron a esta ciudad que nacía para su regocijo EL GRAN CIRCO MINERO.
El circo nació como una necesidad de expresión de las distintas aptitudes de sus primeros integrantes.La emoción de esperar la llegada del 26 de Agosto, junto a una fogata, abría el escenario de la noche para los cantantes y los poetas, los imitadores, los cuenta chistes y para todas las manifestaciones artísticas.
Las clases ya  habían comenzado  y Abril caminaba a pasos agigantados .Ya comenzaba la preparación de la tradicional fogata de Agosto que había que reeditarla en la Escuela de Minas .Cada curso debía presentar a lo menos un número artístico, el que debía ser aprobado por el comité organizador del acto anual en la ciudad de la Serena. Una trilogía de años lluviosos había mantenido alto el nivel del rio Elqui y las autoridades locales y regionales se habían visto en la obligación de erradicar a los habitantes conocidos como " los cacharpas" que vivían bajo el puente del ferrocarril y carretera panamericana Norte.La erradicación a poblaciones de emergencia en los terrenos dedicados al deporte de la naciente Universidad Técnica del Estado, y arrastró , al pequeño circo IDEAL que allí funcionaba, a la desgracia , pues los "Cacharpas le mataron una cabra que hacía piruetas, les robaron la ropa de actuación , amén de darles una frisca a los tonies que eran hermanos.
Cada día que pasaba , peor era para el pobre circo sin poder despegar del barrio en que había quedado.Llegó Agosto y Manuel Zapata, Arturo Riobó y otros líderes estudiantiles pensaron que se podía arrendar el circo IDEAL, lo que no fue difícil y por $ 100 se consiguió la carpa central con el rodel de asientos y dos piezas de lona para vestimenta de artistas y se instaló el 24 de Agosto de 1950 en un borde de la cancha de básquetbol ( que aún existe).Si la fogata era un acontecimiento, el naciente Circo Minero lo fue aún más..
Entre risas del público, histeria de los precoces artistas y diarreas de los directivos estudiantiles llega el momento de partir: la banda era formada por amigos del Regimiento Arica en que el "Peluca" tenía un fuerte arraigo pues era el peluquero de los estudiantes, además de músico de la banda.! Aserrin! .Rápidamente a buscar aserrín ! La luces ! no había pasillo que no hubiera sentido la falta de las ampolletas que ya alumbraban sobre el pequeño escenario en el subsuelo haciendo un circulo.
Los acomodadores ubican a los profesores : pajaro Marin ( Alberto Marin Aracena ), Pepinillo ( Juan Alvarez Lillo ), Conito Richard ( Hector Richard), Care "Músico ( Carlos Rey Blanco ), Mocho Aguilera, Coco Moya , Pelao Ñico ( Nicolas Acle) , apoderados, amigos y otros muy difícil de recordar, todos se sientan ceremoniosamente , algunos con sus esposas.
En el camarín de los tonies están los consagrados y geniales fundadores, la escuela de Manuel Zapata
Victor Villanueva : Folleque
René Pizarro : Pomarola
Eduardo Rojas  :  Cacharro
Arturo Riobó   : Chanca
Bajo esta carpa de estrella como anunciara el señor corales se inicia el desfile de los artistas:
Richard El Magnifico, en el trapecio.- Jean Coty en la cuerda floja.- Los Hijos del Sheik, La percha Humana, Los hermanos  Rola-Rola
Atrapados por la magia que producía el circo se formaron las primeras directivas que serian las encargadas de dirigir los futuros del circo..Pero también sabemos de tragedias , nuestro amigo Manuel Lafuente , muerto por la caída de un mástil al desarmar el circo ( año 1962) y la caída del trapecio de Gernot Hegat " El Aguila Dorada", más adelante les contaremos de otros accidentes. Después de cada traspié , se decía que el circo no seguía , pero llegada la época , casi sin llamado alguno , comenzaban los preparativos, la lucha , los ensayos...y así el circo salia mejor que nunca.
Al juntarse año a año para mantener viva la llama, sin advertirlo se estaba
tejiendo el lazo de una hermandad que uniría a través de varias generaciones con el "Ser del Circo".Esta hermandad desde estos jóvenes que hoy , plenos de vigor e ideales entregan su espectáculo, hasta respetables señores repartidos por el mundo , ejerciendo importantes trabajos y funciones, guardando en su pecho como lo más preciado de sus vidas y recuerdos, su paso por este amado Circo Minero.
Minerito, Minerazo, Unitei, Checalecabón, etc.. etc. Fueron los gritos de guerra de aquel entonces, cuando el calendario enseñaba el 26 de Agosto.Ese mismo día el hermoso cofre de la Bombonera abría su mágica tapa para dejar salir el gran espectro de la gracia, audacia y aventura, impregnado en los corazones de los artistas de nuestro querido circo y del estudiantado en general. Y así , en la pista va desfilando este grupo de jóvenes que ese día viven la ilusión de la magia del circo y transmitirla a sus compañeros , su ciudad y al mundo, escoltados por los románticos sones de los himnos y los boleros de la época y los aplausos del respetable publico.Artistas que hoy triunfan en la gran pista de la vida.-






!!RESPETABLE PUBLICO !!





La familiar frase nos hace entrar  inmediatamente, en el mundo del Circo . Luego del saludo, comienzan a desfilar payasos, malabaristas, trapecistas, acróbatas y todos esos personajes que más de alguna vez nos han dejado una sensación de asombro y admiración.
En seguida comienzan las preguntas : ¿ Cómo lograr hacer cosas tan difíciles? ¿ Cuanto tiempo de ensayo diario les llevará? ¿ Cuantos años de práctica serán necesarios para lograr algo tan extraordinario?.
Para todos los circos son válidas estas preguntas....para todos, menos para este "Gran Circo Minero de la Serena ".Allí todas las preguntas están contestadas.No hay muchos años de circo, ni siquiera hay mucho tiempo para los ensayos diarios, porque la principal actividad de las "estrellas " es otra .
Cuando los libros o los talleres se lo permiten, los protagonistas del espectáculo llegan hasta sus implementos y comienzan a ensayar.Algo así como comenzar a vivir un sueño ... un sueño corto, generalmente dura cinco años... o más .Justo lo que se demora uno en terminar una carrera : porque los artistas de este Circo Minero son estudiantes de la Universidad Técnica del Estado de la Serena y el circo es una actividad extra: un hobby que, sin embargo, toman con bastante responsabilidad.
Si los estudiantes nuevos se interesan , tiene todas las posibilidades a su alcance. Los implementos y los instructores , que no son otros que los alumnos de cursos superiores, que llevan más" años de circo " y que , por antigüedad y experiencia, se convierten en maestros.
La actividad es peligrosa y, de hecho, se han producido accidentes, algunos de ellos bastante graves, , pero no por eso los artistas alumnos pierden el entusiasmo.Siempre hay una sonrisa nueva porque, tratándose de jóvenes, no haya barreras lo suficientemente altas como para obligarlos a darse por vencidos.
Pero no hay plazo que no se cumpla , algún día, llega esa fecha memorable en que , frente a un grupo de profesores, el alumno da su último examen, ese que lo convierte en profesional y que le abre las puertas del mundo.En ese mismo momento se acaba la magia del circo.Allí quedan los trapecios balanceándose vacíos, ahí quedan las pinturas que alguna vez dibujaron enormes sonrisas.Allí, quedan amontonados los trajes brillantes y los patines, los sombreros de copa y espadas.

El querido circo tiene la característica de ser una institución sin fines de lucro y está integrado sólo por estudiantes durante su vida. Desde el año 1947 lo han integrado más de 3.000 estudiantes,  por tal razón es casi imposible hacer un homenaje a cada uno de ellos. Por esa simple razón me abocaré  a escribir  sólo el periodo comprendido desde 1963 a 1973. Estos son, sin duda, los más  completos en cuanto a:  Artistas, números, actuaciones en otras ciudades, presentaciones en la televisión y dedicación especial.
Siendo el grado de oficios de nuestra querida universidad el semillero de artistas, muchos de ellos pertenecieron  casi 10 años continuos  al circo, por lo tanto, pasaron por etapas que tiene que ver con  pista, vestuario, propaganda, iluminación,  para finalmente convertirse en artista. También debemos destacar  la labor de la directiva, el presidente es elegido cada año y junto al secretario, tesorero y el director artístico, son los encargados de darle vida cada año a las funciones del 26 de Agosto.

Durante  mi paso por la universidad tuve la oportunidad de pertenecer  al circo como electricista, siendo mi jefe directo Peruco Campos, junto a Javier Ortiz y otros dos compañeros fuimos los encargados de la iluminación, la cual consistía principalmente en dos reflectores hechos con unos tambores de aceite  los que contenían en su interior unas máquinas soldadoras que  producían un arco voltaico el cual se dirigía  a la pista cuando había números que lo requerían.  La experiencia que uno adquiere en la época de estudiante  mediante este tipo de participación, queda grabado para toda la vida, por tal razón los que alguna vez participaron en nuestro circo llevarán de por vida estos lindos momentos vividos.

Muchos piensan que:"todo tiempo pasado fue mejor", pero en el caso  de nuestro circo sólo los tiempos son distintos. Durante  la época de los sesenta  vivíamos en un Chile totalmente distinto, ya que estábamos en los inicios de una revolución tecnológica mundial y una gran efervescencia social y política estudiantil. Estudiar en nuestra querida U.T.E. era  un desafío inmenso de grande, ya que esta casa de estudios le entregaba formación profesional  a todos los que integrábamos la clase media de nuestro país, por lo tanto, los grupos que se formaron al interior de la universidad fueron principalmente hijos de trabajadores del estado o hijos de empleados y obreros.

Los integrantes del circo adquirían una gran responsabilidad, ya que todos eran de escasos recursos y la universidad no disponía  de ítem para solventar  los gastos del Circo, tal es así que los artistas debían proveer sus propios implementos y vestimentas.
Quizás  lo más delicado y complicado siempre ha sido la convivencia, pero los  que participaban en el circo tenían algo especial que los unía sin considerar las ideas políticas, la religión, ni mucho menos la situación económica. Era un grupo de estudiantes  que daban todo de sí  para que la función saliera como es debido y esperado por los asistentes.

Su organización  era de lo más simple posible: había una directiva, la cual administraba los recursos financieros y se relacionaba con la rectoría y las autoridades locales, después había un  director artístico, el cual  tenía la responsabilidad  de todo el espectáculo. Un sindicato de payasos, el cual era responsable de la elección  y libretos de cada número a presentar, un jefe de pista responsable de la parte operativa del circo y, finalmente, un señor Corales que representaba la voz de todos los participantes. El resto de las unidades especiales de trabajo como; vestuario, sonido, iluminación, propaganda, dependían directamente del presidente del circo.

Si nos remostamos a los años sesenta y setenta, veremos que son los años donde nuestro querido circo  tuvo la mayor cantidad de números artísticos y las mayores presentaciones en nuestro país. Es así como se visitó Antofagasta, Chuquicamata, El Salvador, Vallenar, Ovalle, Santiago y otras localidades, actuación especial para canal nacional y otros medios de comunicación. Siendo una época  especial para los chilenos,  no debemos olvidar  entonces que todo era más sacrificado y el esfuerzo personal  era mucho más que hoy en día.


A la celebración de los sesenta años de nuestro querido circo asistieron muchos  ex-integrantes de distintas épocas y entre ellos tuvimos  la visita de quien fuera el señor corales de los años sesenta, nuestro querido amigo Jaime Torreblanca, el cual nos dejó un hermoso mensaje  que compartiré con ustedes.

¡ Adelante Caravana Circense !

Se apagan las luces y una voz microfónica, grabada en los Estudios
de la radioemisora de la UTE de La Serena, saluda al público y le
anuncia que se inicia la versión mil novecientos sesenta y tantos del
Circo Minero. Los focos barriendo al público se detienen medio a medio
en la “boca del tony” desde donde van a aparecer los artistas durante
toda la función. Se escuchan tres pitazos y aparezco yo (como en el
tango) mezcla de aprendiz de intelectual y estudiante de Ingeniería de
Ejecución en Minas, vistiendo una chaqueta de brocato negro (o roja con
guardas negras), con micrófono en mano entro a la pista a anunciar al
mundo que se inicia un nuevo espectáculo.

Comienza con la presentación de toda la troupe circense, en un
desfile de luminarias, con un vestuario de fantasía, moviéndose
suavemente al ritmo de la marcha característica, erguidos, trasuntando
optimismo, buscando con mirada ansiosa algún rostro amigo en la
platea. A la cabeza del desfile las dos hermosas guaripolas, Carmencita
y Patricia, reflejando toda la lozanía de la juventud, con ese garbo
lindando entre la marcialidad y la gallardía, abriendo con energía y
delicadeza esa sinfonía de fantasía y colores, haciendo emerger una
ensoñación que sólo la magia juvenil puede crear. En ese marco de
presentida alegría y belleza y con emoción mi voz rompe la húmeda
noche serenense anunciando a los cuatro vientos que “bajo la carpa de
estrellas”, damas y caballeros ¡comienza la función!

“Humildemente” cuento lo que ha sido de mi vida durante este
año transcurrido desde la última versión del Circo. Así, relato el
itinerario de viajes que me llevó por los cinco continentes y como
además de humilde soy generoso, comparto con el público mis vivencias
más personales. Tal como cuando fui sorprendido en París al ir
caminando por la ribera del Sena y tuve la oportunidad de presenciar el
entrenamiento de “ellos”, mientras realizaban su rutina bajo un frondoso
árbol. A “ellos”, guardaespaldas del Presidente Charles de Gaulle, los
contraté “para que ustedes puedan disfrutar de este espectáculo único en
el mundo”. Y como además soy completo le permito al público
presenciar un entrenamiento en las barras paralelas: Jean Pierre, Jean
Paul y Antoine “los Pulsistas“
¡ adelante y buena suerte ! ...

Empinándose ya por el medio siglo de existencia, cada 26 de Agosto
ha tenido su función de gala el inefable Circo Minero de La Serena.
Formado sólo por estudiantes de la gloriosa UTE, se muestra como una
organización juvenil, fuerte, con mística y un singular sentido de
continuidad y, por sobre todo, esa autenticidad entre tímida y audaz del
aficionado que lucha permanentemente para superar carencias y pulir
virtudes, siempre con una motivación a toda prueba y una inagotable
capacidad para atreverse.

Yo tuve el privilegio de ser "el Empresario" (Sr. Corales) durante
los cuatro años que estudié en la UTE de La Serena. Me pude quedar
gracias a que el público me aceptó y, lo más importante, los artistas
también. A mi modo de ver ellos exigían del Empresario que los
representara, que pudiera “armar” una presentación con la que se
sintieran identificados. En mi caso, mantuve un mínimo de nombres. A
los artistas los “bauticé” de acuerdo a lo que me parecía su personalidad,
la presencia, habilidad que demostraban y finalmente a cómo se avenía
con la historia que tejía en torno al número que presentaba. Mis viajes
los diseñaba en un atlas o en un almanaque mundial y de ellos a veces
saqué nombres que marcaron. Todavía hoy hay quienes se identifican
mucho más en el medio con el nombre artístico circense que con el civil.
Mi estilo era la de un hombre con experiencias de vida, que tenía la
gentileza de hacer participar al público en directo de esas vivencias.
Hubo muchos romances, encuentros, viajes, muchos viajes... la función,
para mí era un balcón a otra dimensión de la vida, una dimensión
sorprendente, fascinante, que impactaba y subyugaba a la vez. El tiempo
transcurrido ahí, junto a esa pista, debía tener para quienes habían pagado
por vernos una esencial condición: ser inolvidable, quedarse a vivir en lo
mejor de los recuerdos, para siempre. En mi papel muchas veces
sorprendía al público recurriendo a una cuota de credibilidad que había
logrado en el ejercicio de otras actividades como del cargo de Presidente
de la Federación de Estudiantes (FEUT de La Serena, ¡la Reforma
Adelante!). Así ocurría cada año en mi intervención con los tonys (o si
usted quiere el “Departamento de la Carcajada"). Claro que este es un
tema aparte, nuestro humor sí que era creativo, ahí estaba el sello
universitario, la gran diferencia con los otros espectáculos profesionales.
Un año implantamos la condición de que los aspirantes a payaso debían
someterse a un riguroso examen. Por cierto que conformamos una
Comisión Examinadora para evaluar expresión corporal, voz, chispa,
capacidad de diálogo, improvisación, etc. Nos pasábamos jornadas
completas “examinando”. Fue muy efectivo, pues no siempre el más
gracioso en clases es un buen tony y eso el público lo apreció así como la
crítica de los medios serenenses.

Le anunciaba al público que se encontraba entre nosotros alguien
muy importante y conocido. Lo anunciaba, lo refería, lo mencionaba y
lo repetía, hasta que al fin, señoras y señores, “está entre nosotros el
Doctor de tantos éxitos, quien con sus manos y su bisturí ha echado a
volar el nombre de Chile por el mundo”: el Dr. Kaplán
(pionero de los trasplantes de corazón). Acto seguido, y bajo los acordes
de la banda sonora de un western italiano y tirando un vistoso ataúd
entra a la pista un tony: es la introducción de una sesión en el quirófano
en la que se somete a una “delicada operación” a un desprevenido
cartero que oportunamente pasó a entregar un telegrama, cuestión que
recordaba cada vez que perdía efecto la “anestesia”, obligando a los
facultativos a suministrarle una dosis adicional: otro martillazo en la
cabeza...

La preparación del espectáculo realmente comenzaba en Marzo de
cada año, con la Asamblea General, la elección de directiva, jefaturas de
Departamentos, etc. El año 69 expuse a la Asamblea la incompatibilidad
de mi cargo de Presidente de la Federación con el de Empresario para que
se buscara un reemplazante. No se aceptó el argumento y se me pidió ¡sí
señor, se me pidió! que me mantuviera como Empresario. Fue un halago
que me proporcionó la posibilidad de complementar dos actividades
igualmente apasionantes.

Vivíamos nuestras experiencias con una mezcla de vanidad,
responsabilidad, orgullo y desafío permanente. Desde la entrada a “La
Bombonera”, sede de nuestras actuaciones en La Serena, cuando
debíamos abrirnos paso entre el público agolpado en las boleterías
sentíamos esa indescriptible sensación de estar completando un
esfuerzo y de ser felices pues una vez más nos habíamos probado que
sí era posible. Mi rito seguía en el camerino que culminaba con un beso
en la mejilla a Carmencita y Patricia antes de tocar los tres pitazos y
salir a la pista...


¡Atención!, comienza la Segunda Parte...
Si hay entre el público ex - integrantes del Circo, es el momento de
tributarles un homenaje de reconocimiento y de obsequiarles un banderín
de la versión de ese año, en la pista y de cara al público, con emoción,
alegría y agradecimiento. Todos han sido estupendos. Gracias por haber
trabajado en Publicidad, Boletero, Artista ,Coordinador
(general o de pista), Ayudante de Pista o Sonidista, gracias a todos, les
queremos y recordamos, gracias una vez más, por ustedes nosotros
estamos aquí.

Para continuar: “Las Aguilas Suicidas” con salto de la muerte
triple. Uno de los puntos cumbre de todo circo. La coordinación de los
acróbatas, la exactitud en los movimientos, la precisión en la instalación
de los marcos, ese maravilloso entendimiento entre el “volante” y “el
parador” (Bruno). Nosotros, asombrados testigos celestiales, mientras las
Aguilas se confunden con las estrellas volamos con ellos y una vez que lo
han logrado impecablemente rompemos en una explosión de júbilo:
“felicitaciones, Aguilas Suicidas ”.
Que siga la función...

Les adelanto que lo que viene es una experiencia fuerte... “desde su
retiro en la India, emergiendo desde el silencio, han llegado Los Príncipes
de Transtaghandhi... los hombres que han vencido el dolor”. Con oleadas
de música relajante y sugerente, aparecen en una nube de silencio,
pálidos y delgados, de mirada penetrante, de traje oscuro y humita,
luciendo un turbante blanco con un punto rojo en el centro, lentamente se
acercan hasta el público, concentrados se inclinan respetuosamente
mientras con su mano derecha hacen el saludo oriental, tocándose
sucesivamente la frente, la barbilla y el pecho: “El saludo de los
Principes...”. Mi voz es el único lazo de comunicación capaz de llevar al
público hacia esos misteriosos mundos. Y los guío aplicando “lo que los
Principes me han confiado”.



Los llevo de la mano y lo siento, lo percibo en las miradas de
admiración y asombro cuando se clavan las agujas en las mejillas y el
cuello mientras se pasean entre la concurrencia. Y cuando hacen actos de
adivinación, se tienden sobre una cama de clavos o cuando hipnotizan a
alguien y lo llevan al estado cataléptico, ahí estoy yo paseándome en la
pista, respirando por cada poro la tensión en el ambiente, sintiendo el
respeto con que los asistentes siguen paso a paso este deambular por los
poderes sobrenaturales. Más de alguna vez hubo varios desmayos, o
estados hipnóticos que se prolongaron más allá de la función. El público
que casi petrificado asiste a esta asombrosa demostración que le he
traído desde le India sólo da un respiro de alivio y satisfacción ( porque
lo logramos , todos, ellos y nosotros) cuando ingresan los payasos a la
pista para hacer una vez más una caricatura del número anterior.


¿Quieren más? Están Los Patines Mágicos, Los Malabaristas, La
Bicicleta Aérea (¡qué romance en las alturas!) y ¡oh! La Escalera de la
Muerte, con dos trapecios suspendidos de los extremos de una escalera,
que descansa en un eje que la atraviesa y mantiene su oscilante
horizontalidad gracias a dos equilibristas que con la adecuada
distribución de sus pesos en los extremos de ella evitan que gire. Esa es
la diferencia con los circos profesionales, ellos tienen un dispositivo que
activa el mismo equilibrista y asegura la horizontalidad de la escalera.
Nosotros siempre vimos el número, siguiendo cada movimiento “con el
alma en un hilo” y haciendo fuerza mental, palpitando con ellos para que
todo saliera bien, hasta que ya sin aliento por fin lo lográbamos. ¡
Felicitaciones !


La función no ha terminado
Si Usted cree que en el Circo Minero el tiempo termina, se
equivoca. No, nosotros estamos más allá de esos límites. Le cuento:
Para el Centenario de la Escuela de Minas, año 1987, (ya no existía la
Escuela, ni la UTE, sino que la Universidad La Serena ), en la Función
de Gala del Circo se fundió lo que los estudiantes prepararon con lo que
se llamó “El Circo del Recuerdo”, que eran números realizados por ex -
circenses. Tuve el honor de ser nuevamente el Empresario, veinte años
después de mi debut y compartir la pista con el estudiante que ese año
ocupaba ese puesto. Fue una maratón de emociones, que se prolongó por
cuatro inolvidables horas, entre homenajes, recuerdos, saludos y
sorpresas. Un ex – alumno avecindado en Holanda vino especialmente
para compartir con nosotros, interpretar la trompeta y emocionarnos.
Al comenzar la segunda parte el saludo a los ex-circenses, fue
impactante: sobre la cincuentena, reunidos en la pista para recibir el
cálido homenaje de esta suerte de admiradores que son los compañeros
y ahora colegas, además del fiel público serenense. Rememoramos el
arrojo de antaño, esa fraternidad inigualable, la chispa, la agudeza y el
trabajo constante que de distintas maneras han modelado nuestras
personalidades. Yo presentaba los números y corría a la platea a
presenciarlo ¡no me los podía perder! Era una ocasión única, irrepetible
y así me sentía público y actor, pasado y presente, Empresario y colega,
amigo y amigo, muy amigo pues si hay algo que crece en esa “pública
intimidad” es la amistad.



En los años transcurridos, por razones profesionales viajé por
muchos lugares de los que antaño ubicaba en los mapas. Entonces mi
saludo al público al comenzar la función fue sucesivamente en japonés,
alemán, inglés y español No podía ser de otra forma, de regreso de mi
último periplo por el mundo. Estaba listo, como lo estoy ahora, listo
para soñar, con las estrellas de firmamento circense y con los recuerdos
que me acompañarán por siempre jamás.

Bueno ahora los haré viajar en el tiempo  para que recordemos algo de nuestro pasado: Agosto 1969, nuestro presidente Ramiro Angulo ha llamado a la chica María Laura Ogalde  para que prepare el vestuario de los siguientes artistas en la gala de este Sábado: maestro de ceremonia Jaime Torreblanca; guaripola: Patricia Rubio;  Trapecistas: Óscar Albornoz, Patricio Vejar, Orlando Navarro, Gregorio Rojas y Juan Castro. Los fakires: Alicia Rodríguez, Manuel Erazo, Aldo Erazo, Marcelino Araya; escalera de la muerte: Lucy Correa, Julia Gálvez, Wilson Díaz y Fernando Aracena. También le comunica a  Mario Zapata  que prepare al batallón de la risa y Jorge Castellón junto a Peruco Campos que se preocupen de la pista e iluminación. La música corre por parte del Grupo Uno, con el entusiasta Matute
     
                                        º
Cuando el mes de los gatos llega a su fin y se anuncia la primavera, se escucha la música de la carpa de estrellas, pero sin carpa, porque actúan  al aire libre. Y con la música aparecen también las nuevas atracciones ¿Cómo llegaron a ser estrellas de circo?, simplemente interesándose.
Cuando llegan  los alumnos al primer año de vida universitaria, junto con oír la bienvenida, escuchan además una pregunta clave: ¿Te gustaría actuar?. Si los nuevos se interesan, tienen todas las posibilidades a su alcance. Cuentan con todos los implementos y con instructores que son alumnos de cursos superiores con más años de circo y quienes a través de su experiencia, se convierten en maestros

La actividad es peligrosa, tanto así que ocurrieron accidentes graves, sin embargo no han sido impedimento para que los artistas-alumnos pierden el entusiasmo. Siempre hay una sonrisa nueva, puesto que al tratarse de jóvenes, no existen barreras que los haga darse por vencidos
Todos son estudiantes de la U.T. E de La Serena, desde el "empresario" o señor "Corales", hasta los encargados de pista. El circo se nutre todos los años con las nuevas generaciones que ingresan en a las diversas carreras, como asimismo, despide a los egresados quienes inician la vida laboral de un
profesional, quizás con menos risas, pero jamás olvidando el fantástico mundo del circo.



El "espectáculo" más grande del mundo cuenta con todo: trapecio  doble  americano, patines mágicos, pulsistas aéreos, contorsionistas, paralelas aéreas, magos, faquires, rola- rola triple, escalera de la muerte, percha humana, hombre bala, trapecio volante y por supuesto la atracción eterna, los payasos. quienes siempre nos hacen reír con sus  rutinas bien elaboradas, con buen vocabulario y con el respeto que siempre se debe tener hacia el público presente. Todos ellos conforman  el único espectáculo de América en su genero.
Sin embargo, por ser un circo compuesto sólo por estudiantes universitarios, no se puede actuar en forma continuada, puesto que estos "artistas" deben cumplir horarios de aula y de estudios. En definitiva, es un circo que se respeta a sí mismo por su naturaleza y características. Su temporada se inicia los últimos días de agosto, justo para celebrar el aniversario de nuestra universidad, conservando la esencia y el espíritu con que fue creado.

La historia nos cuenta que la década de los sesenta se caracterizó  por los grandes cambios  sociales y tecnológicos y la aparición de grandes grupos folclóricos que nos deleitaron con su música, sin desconocer la existencia de selectos exponentes de esta música al interior de nuestra casa de estudios. Un ejemplo de ello fue nuestro gran amigo Mario "Chupao" Núñez, quien nos regaló estos lindos versos :

NACIÓ EN LA QUERIDA ESCUELA
LO FORMARON ESTUDIANTES
Y SIEMPRE SERA MOSTRADO
COMO UN PRECIOSO ESTANDARTE
QUE SIEMPRE LO RECORDAREMOS
CON SENTIMIENTO SINCERO
HAREMOS UN GRAN RECUENTO
DE NUESTRO CIRCO MINERO

DISCÚLPENME LOS CIRCENSES
YA QUE NUNCA FUI INTEGRANTE
ENSAYÉ LA PERCHA HUMANA
Y NUNCA FUI DEBUTANTE
TODOS NOS SENTIMOS DUEÑOS
DE ESTA GRAN INSTITUCIÓN
LOS QUE A LA PISTA SALIERON
Y EL QUE SÓLO FUE MIRÓN

SI LA MEMORIA NO FALLA
NI ME AGARRA LA “CLORINDA”
EMPEZARÉ RECORDANDO
A TANTA CHIQUILLA LINDA:

PRIMERO EN LA GUARIPOLA
CON UNA SONRISA ETERNA
LA PATTY RUBIO LUCÍA
UN BONITO PAR DE PIERNAS

SE DOBLABA TODA ENTERA
SIN SUFRIR NINGÚN DESGARRO
¿SE ACUERDAN AMIGOS MÍOS
DE LA SARITA NAVARRO?

EL CIRCO ERA UNA FAMILIA
DE GENTE LEAL Y NOBLE
CON LA MARYOLA ARACENA
ACTUABA LA DELIA ROBLES

EN LOS FAQUIRES SALÍA
LA TREMENDA FLACA ALICIA
CLAVADA POR TODOS LADOS
VERLA ERA UNA DELICIA

LA CHICA GLADYS TAMBIÉN
CIRCENSE DE PUNTA A CABO
TANTO LE GUSTÓ EL ASUNTO
QUE SE CASÓ CON UN CLAVO,
EL NEGRO ERA BUEN AMIGO
YO TAMBIÉN LO VI CANTANDO
SIGUE CON LA CHICA GLADYS
Y AUN LA SIGUE CLAVANDO

SIGUIENDO CON LOS RECUERDOS
LA MEMORIA TAMBALEA…
¡AHORA YA ME ACORDÉ
LA FLACA LUCY CORREA!
RECUERDO SUS OJOS VERDES
USTEDES LA UBICARÁN
SU ESPOSO ERA DE LA CHILE
TIENE POR NOMBRE JULIÁN

NO QUIERO OLVIDAR A NADIE
MI MEMORIA NO SE BORRE
NO ME OLVIDO DEL BUEN FIERRO
DE CARMENCITA LATORRE

TAMBIÉN ESTABA LA YULY
UNA TRIGUEÑA MUY BUENA
HABÍA UNA MORENAZA
QUE VENIA DE LA ANTENA

LINDA AMIGA MUY DERECHA
SIEMPRE LA RECUERDO ASÍ
FUE IMPORTANTE EN EL CIRCO
LA ANA MARIA BOSSY

DE SU NOMBRE NO ME ACUERDO
EN EL TRAPECIO NO AFLOJA
CHIQUITITA MUY BONITA
POLOLA DEL GOYO ROJAS
AHÍ EN EL TRAPECIO SIMPLE
PA’ DEJARNOS TIRITONES
JAIME ARANCIBIA Y LA CHICA
PONÍAN SUS CORAZONES

SI ME OLVIDO DE ALGÚN NOMBRE
AHORA LES PIDO PERDÓN
ME PASA IGUAL QUE A MUCHOS
ME ESTOY PONIENDO HUEÓN

SIGUIENDO CON NUESTRO CIRCO
RECORDAR ES MI DESEO
NOMBRÉ A LAS CHIQUILLAS LINDAS
AHORA LOS HUEONES FEOS:

AQUÍ VOY CON EL PRIMERO
DE AQUELLA GENERACIÓN
TORREBLANCA SU APELLIDO
INICIABA LA FUNCIÓN

NO PUEDE QUEDAR AFUERA
DE ESTA MAGNÍFICA LISTA
PATO CÁCERES SU NOMBRE
ENGALANABA LA PISTA

SIN PONERLE NI SACARLE
A ESTA PRESENTACIÓN
P’TAS LAS PALABRAS LINDAS
GOLPEAN EL CORAZÓN
“SOMOS COMO POLVO DE ESTRELLAS
Y ANTES QUE EL VIENTO
NOS LLEVE A OTRO LUGAR
QUEREMOS DEJAR LO MEJOR
DE NUESTROS CORAZONES”

NUESTRO CIRCO MINERO 19..
NO IMPORTA EL AÑO DA IGUAL
DESFILABAN POR LA PISTA
EN EL MOMENTO OPORTUNO
LA MÚSICA LA PONÍA
EL FAMOSO GRUPO UNO
EL RUBIO KUPMAN, MATUTE
TOTO AGUIRRE Y ALEJANDRO
DABAN EL TOQUE PRECISO
PA’ LOS QUE ESTABAN ACTUANDO
EN ESTE IMPORTANTE GRUPO
APORTARON SIN DESMAYO
EN GUITARRA PATO VEJAR
Y EN EL BAJO EL GRAN SAMPAIO

EN LA PISTA CON DESPLANTE
LOS CABROS SE IBAN MOSTRANDO
ABEL TORRICO Y SUS SILLAS
NOS DEJABAN TIRITANDO

TITO PÁEZ SE LUCÍA
LO APLAUDÍAMOS CON GANA
CON MARIA EUGENIA GILES
HACÍAN LA PERCHA HUMANA

UN NUMERO QUE NOS DABA
ALEGRÍA Y REGOCIJO
ESE ERA EL DE LOS PATINES
AHÍ SE MOSTRABA EL FIFO

TAMBIÉN PATINANDO ESTUVO
UN AMIGO MUY QUERIDO
NO FALTARÁ EN ESTA LISTA
PATOJO ROJAS DEL RIÓ

Y PA’ PONERNOS NERVIOSOS
SIEMPRE ESTABA EN LA RETINA
CON SU ROLA ROLA MÁGICA
SE LUCÍA EL CHINO KINA

Y COMO EN LOS GRANDES CIRCOS
ESOS DE GRAN ESTATURA
SE LAS JUGABAN ENTEROS
VOLANDO POR LAS ALTURAS
SIN MOSTRAR NINGÚN TEMOR
HASTA ARRIESGANDO LA VIDA
MIS RESPETOS MAS SENTIDOS
PA’ LAS ÁGUILAS SUICIDAS
FRANK, BRUNO AND GREGORY
ASÍ SE HACÍAN LLAMAR
CON DON ÓSCAR ALBORNOZ
QUE LOS HACÍA VOLAR
PATO VEJAR, GOYO ROJAS
EL GRAN NAVARRO Y JUANIN
NÚMERO DE CATEGORÍA
DESDE EL PRINCIPIO HASTA EL FIN

SI DE FORZUDOS SE TRATA
SEGURO QUE ES EL PRIMERO
SE PLANTABA DIEZ AL HOMBRO
ERA EL RUBIO CABALLERO

FUE UN ATLETA DESTACADO
QUE LE PONÍA HARTA GARRA
HIZO SUS GRACIAS EN EL CIRCO
JAIME VALENCIA “EL CHICHARRA”

SI DE PELIGRO SE TRATA
Y ESTO LO GRITO BIEN FUERTE
¡¡¡ME CAGO QUE LA SUFRÍA!!!
CON LA ESCALERA DE LA MUERTE

ERA UNA DUPLA DE ORO
LA MENTE FRÍA Y SERENA
ÓSCAR ALBORNOZ A UN LADO
Y AL OTRO EL CHUECO ARACENA
EMPEZABAN DANDO VUELTAS
PA’ UNO Y PA’ OTRO LAO
SE PARABAN EN LAS PUNTAS
HASTA QUEDAR NIVELAOS

EN UNA NOCHE DE GALA
EN SEPTIEMBRE EL DÍA 10
QUEDAMOS TODOS HELADOS
LA DUPLA AL SUELO SE FUE
P’TAS LA NOCHE PA’ NEGRA
AMIGO ESCUCHEME USTED
ESE FUE COMO EL ANUNCIO
DE LO QUE PASÓ DESPUÉS
PERO ESE ES OTRO CUENTO
DEL CUAL HABLARÉ OTRA VEZ
DE UPELIENTOS Y DE MOMIOS
TAMBIÉN LOS RECORDARÉ

TODOS LOS NÚMEROS BUENOS
DESTACO UNO DE GALA
PITO LEVERTON MATABA
CUANDO HACÍA EL HOMBRE BALA

LO DESTACO CON ORGULLO
¿NO VEN Q’ ERA DE CALERA?
CAMPEÓN DE LA CUERDA FLOJA
ERA EL PITOTA CABRERA

COMO GUINDA DE LA TORTA
ESTO LO DIGO SIN PRISA
INFALTABLE LOS PAYASOS
DEL BATALLÓN DE LA RISA

LA PISTA AMIGOS MÍOS
SE ILUMINABA DE HUMOR
HABÍA TALLAS PA’ TODOS
HASTA PA’ ALGÚN PROFESOR

SI DE HACER REÍR SE TRATA
ESPERO SE ACUERDEN BIEN
UN BALAZO PA’ LAS TALLAS
MIGUEL “EL GUATÓN PASTÉN”

SIGUIENDO CON LOS CHISTOSOS
HUMORISTAS DE ALTA ESCUELA
ESTABA EL FLACO VELÁSQUEZ
EL GANGA Y JERRY GARDELLA

ESTABA JORGE FIGUEROA
TAMBIÉN PACHECO FERNANDO
NOS DEJABAN SUSPIRANDO
ERA TANTA LA IRRISIÓN
QUE HASTA DOLÍA LA GUATA
CON EL GRAN BURRO CONTRERAS
Y CON EL MARIO ZAPATA

CON ENCOMIABLE LABOR
APOYANDO A LOS ARTISTAS
HUMILDE LA GRAN TAREA
DE LOS AYUDANTE E’ PISTA

EN ESA LABOR SENCILLA
PONÍAN EL CORAZÓN
EL NEGRO JUAN CARLOS TAPIA
COMO EL GUATÓN CASTELLÓN

TERMINANDO LA FUNCIÓN
COOPERABA EN LO QUE FUERA
DONDE LO PUSIERA USTED
GRAN APOYO EN ESTE ASUNTO
ANOTO AL MARIO CRUCHET

VOLUNTARIOSA INCANSABLE
QUE MI OPINIÓN SE RESPALDE
TRABAJABA COMO HORMIGA
LA MARÍA LAURA OGALDE

EN UN PUESTO RE IMPORTANTE
CASI SIEMPRE PASÓ PIOLA
LA PEGA DE TESORERO
LA CUMPLÍA EL QUIQUE ARRIOLA

DIRIGIENDO ESTA HERMANDAD
COMO PRESIDENTE ¡¡BUENO!!
EN UN LUGAR DESTACADO
YO PONGO AL LUCHO MORENO

EN ESTA LISTA TAN LARGA
SE ME QUEDÓ ALGUNO AFUERA
FUE SIN QUERER QUERIENDO
NO PORQUE YO LO QUISIERA

TERMINANDO LA FUNCIÓN
MI SALUDO MAS SENTIDO
PARA QUIENES DIERON TANTO
Y DE ESTE MUNDO SE HAN IDO
PATO CÁCERES, MAIDANA
JUAN CARLOS TAPIA TAMBIÉN
NOMBRO AL FLACO VILLANUEVA
LA BOSSY Y GUATÓN PASTÉN

OJALÁ QUE A TODOS ELLOS
LO DIGO CON HONDO ANHELO
EL SEÑOR LOS TENGA ACTUANDO
PARA ÉL ALLÁ EN EL CIELO

SE TERMINÓ LA FUNCIÓN
CONTENTO DE HABER TRAÍDO
A LA MEMORIA DE USTEDES
A NUESTRO CIRCO QUERIDO
QUEDÓ GRABADO EN MI MENTE
RECUERDO IMPERECEDERO
DE LA UTE DE LA SERENA
NUESTRO GRAN “CIRCO MINERO”


Pedro Hidalgo Barraza


 Corría marzo de 1967,  cuando llegué a mi primer día de clases a la U.T.E de La  Serena   Después de rendir la prueba de aptitud académica y sacar los puntos necesarios para la carrera de Construcción Civil, me las emplumé en un Libac desde Vallenar a calle Benavente esquina Anfión Muñoz. Al subir los 24 peldaños de la entrada principal, miré para atrás y ahí estaba el negocio del "estimado". Un lugar lleno de estudiantes pelucones que vestían jeans comiendo sandwiches de paltas con jugo de papaya.

Al llegar a la entrada principal, observé que a la izquierda se encontraba el teatro de la U.T.E, un lugar donde connotados oradores de la época como Chumingo Araya, Pedro Olmos, Santiago Graiño y Roberto San Martín, entre otros, se encargarían de los discursos llenos de lindas palabras.

A la derecha se encontraba la portería, lugar en que me encontré con don Lucho. Al girar a mi izquierda había un pasillo que me llevó hasta el aula común, donde el Pájaro Marín dictaba una cátedra de física 101. Antes pasé a presentarme donde la Asistente Social, la señora Adriana Torres, quien gentilmente me dio una beca de alimentación por todo el año, que incluía desayuno, almuerzo y cena de lunes a Sábado. Al fondo de este gran pasillo estaba el gran comedor con los inspectores Pato Bustos, Olegario Pérez y Guillermo Zamora. También estaban los cocineros, el Segundo y el Guatón Bolados, acompañados por don Bolo .

El gran comedor estaba lleno de los que serían mis compañeros de estudios y amigos. En un sector los mecánicos, en otro los mineros y topógrafos; al fondo los constructores y en el medio los del Circo Minero. Al salir del comedor subí al tercer piso, donde estaban las salas de clases de nuestra carrera. Allí me encontré con el "viejo chico" dictando una clase de Estabilidad; en la sala siguiente el Lobo Benett dictando Hidráulica y el profe Toro dictando Inglés, también estaba mi compadre Danielote y Javier Ortiz haciendo ayudantía de matemáticas. Al mirar por los ventanales del frente me encontré con los talleres de todas las especialidades y a lo lejos divisé al señor Kaesch, profesor de Molduras.
Posteriormente me fui directamente al patio principal y me encontré con la cream de la cream del momento: Mario Zapata, Pato Cáceres, Manuel Bernal, Jorge Orrego, la flaca Alicia, La Chica Laura, Carmen Latorre, Paty Rubio, Flor Galán y varios más. También estaban los que ya estaban a punto de salir como: Alfredo Romero, Florencio Macci, Gabriel Gomila, Orlando Nanjarí, Walter Seriche, Masuero y otros.
Al cruzar el gran patio nos encontramos a la mano izquierda con el ingreso a un piso inferior donde funcionaba una peña, lugar de reunión de destacados artistas de la U.T.E. Al final llegué a las aulas del grado oficio, la cancha de básquetbol, los talleres de las carreras de Minas y Construcción, donde siempre encontrábamos al señor Aguilera haciendo el taller de Mecánica de Suelos.
Al salir me encontré con el auto de Pedro Lyon, la Burra del Manfredo Pellegrini, el auto del Rulo Callejas y el Opel de la flaca Alicia. 



Recuerdos como estos deben ser  muchos, ya que para cada día o cada fecha que  vivimos se nos queda marcado en nuestro disco duro lo que vemos o sentimos, tal es así que aprovecharé  de agregar a esta pequeña historia recuerdos de algunos amigos:







EL MINERO  (Gerry Gardella)



Era como una sucursal de la UTE, atendido por don Heriberto "El estimado", la señora "Nena" o sus hijos Gloria, Patty, Cuca, Lito y el Mechen. Allí nos ofrecían el famoso sánguche de palta, los revolcados y la leche con plátano. Tenían un perro de nombre "Boby" que agarró la maña de olerle el trasero a las mujeres (algunos decían que había sido yo el profesor, pero no...aprendió solito). Lo que si fue cierto que cuando se llenaba la escalera de entrada de la UTE, me pedían que lo llamara para que saliera a la calle y esperábamos que pasaran las niñas de la Chile y el Boby atacaba causando la risotada y aplausos de la platea. Ahora ya no existe nada de eso, pero sin duda se mantiene en nuestro recuerdo.





SACA PUNTA ( 1971 - 1972 )  Testimonio de : (Gerry Gardella)

Fué durante dos años la mascota de la UTE, las mujeres encontraban que el apodo era lindo porque tenía relación con el instrumento que le sacaba la punta al lápiz. Pero no era así, le pusimos Saca Punta porque el wn era enfermo de caliente y pasaba con la punta afuera, chico, feo y aliñado. Le echaba la choreada a otros perros y luego se arrancaba a meterse entre nosotros, se sabía importante, los cabros se peleaban por sacarlo a pasear al centro para hacerse famosos, pero uno lo veía y decían...mira el Saca Punta anda paseando al Zapata (un ejemplo no más). El patudo se metía a clases y nadie le podía decir nada, se creía la muerte cuando nos íbamos a meter a la Bombonera a molestar a los de la Chile y le poníamos una camiseta de la UTE. Se tenía mala con el Guatón Bolados el cocinero y le hacía 'guapos'. Una vez a Saca Punta lo envenenaron y quedó la escoba, con el Negro Mincha y otros hicimos un Porno Show pro recuperación de Saca Punta y lo sacamos en una camilla al escenario, el teatro estaba a tute, se recuperó finalmente pero el Guatón Bolados quedó marcado para sécula seculorum, aunque el juraba que no había sido.

Después lo sacaron en un sketch y actuó a la perfección, lo malo fue que se le subieron los humos a la cabeza y se echó el pollo buscando el estrellato y no lo vimos nunca mas...después puras especulaciones...que el Guatón Bolados se lo había finalmente pitiado, otros decían que lo habían visto mendigando en Ovalle.




THREE COOL CATS La UTE  ( MARTIN FAUNES AMIGO ) 
Coco y Floro este último llamado también "zorro", más que compañeros de la Escuela de Construcción Civil de la UTE, eran amigos, y más que amigos, eran integrantes de ese que llamaban el Circo Minero. Coco Malabarista, 'comefuego', rola rola; Floro mago hipnotizador. Pero no sólo eso, este par eran además gente de Alfa Pi; en otras palabras, libres pensadores laicos y tolerantes que, más tarde o más temprano, llegarían a integrar la Fracmasonería. Ahí fue, en los clanes donde conocieron al gordo Peña de la Universidad de Chile y constituyeron con él una fraternidad memorable que, nosotros con mi hermano Ricardo, bautizamos como "Three cool cats", por una canción de Los Beatles de la que ni siquiera sabíamos muy bien qué significaba su letra, claro que eso nunca se lo dijimos a ellos, por respeto.

Tres amigos que se divertían, se notaba. Por el día muy fuerte al estudio y por las noches se ponían sus botas beatles lustradas para salir detrás de las muchachas de la Chile o la Normal, sin dejar de lado tampoco a las del Liceo de Niñas. Y si de repente aparecían con alguna del Colegio Inglés o de los Sagrados Corazones, fue porque para ellos no existían diferencias y, si existían, para ellos no tenía importancia. Es que three cool cats eran democráticos, decididamente democráticos, y si se me vienen hoy al recuerdo, es porque a todos nos parecía que ese trío de compadres jamás iba a separarse: tres buenos para la risa y el canto. Aclaro que aunque la canción de Los Beatles que evoca su sobrenombre hablara de gatos, éstos no lo eran, pero sí eran gallos e igualmente encachados. Valientes e inseparables, así eran y así los recuerdo; así mismo fue que estuvieron de pronto en la revolución, aunque sus destinos fueron diferentes, parecidos pero diferentes. Floro se convirtió en Constructor Civil y partió a trabajar al norte, el gordo Peña se recibió en la Universidad de Chile y permaneció trabajando en La Serena. Claudio Contreras, también llamado Coco, vino a Santiago a continuar sus estudios en la Escuela de Ingenieros Industriales. Fue ahí donde volvimos a encontrarnos y pudimos compartir muchos fines de semana en la casa que habíamos logrado conseguir, donde vivía con mi compañera y nuestro único hijo, en pleno Cordón Cerrillos, la misma donde pudimos acoger por un tiempo a Agustín Martínez, de nombre supuesto "Boris", junto a su compañera Gloria y a su hijo de meses, todo eso, hasta el día maldito del golpe. Unos primero y otros más tarde tuvimos que ir pasando a la clandestinidad. Fue en esas circunstancias que nos topamos un día con Coco en el barrio Diez de Julio. Supe entonces por él, que Floro había caído y estaba prisionero en Calama o en La Serena y que el Gordo estaba encarcelado también y que nosotros corríamos peligro. No había que decirlo porque era más que claro. A pesar de todo tratamos de respirar profundo y lo conseguimos. Y así relajados, ante una taza de café, nos estuvimos acordando de la FLECH, de la Escuela de Construcción Civil, y también de aquello de "Three cool cats", que le confesé riéndonos que era el mote que les teníamos.

Claudio,  (Coco), quiso darme entonces explicaciones de por qué no me aceptaban para ir con ellos en sus correrías tras mujeres: "tú eras sólo un mocoso", repitió varias veces disculpándose. Y no era tal, yo era apenas tres años menor que ellos -claro que, tres años, cuando se tienen catorce o quince son en realidad siglos, centurias completas-. Terminamos riéndonos y bromeando, al final nos despedimos con un abrazo interminable.
Three cool cats... esa fue la última vez que vi a Coco. Sé que Floro y el gordo sobrevivieron, los encontré mucho tiempo después por Calama, pero de "Coco" que enloquecía a las muchachas equilibrándose en el rola rola, ya no pude saber nunca más; excepto, lógico, aquello triste de los sobrevivientes de la Villa.







 Testimonio de : (PATRICIO RIVERA CORNEJO)


 Éramos un grupo de amigos, más que amigos, estudiantes de la Universidad Técnica del Estado en la Serena, entre cordillera y océano.
Nuestro circo, una creación de los estudiantes de minas único en el mundo entero, a cielo raso, un circo con estrellas del firmamento, en el estadio llamado "La Bombonera", parecía una caja de bombones gigantes. Allí dábamos nuestras presentaciones, nuestro espectáculo, improvisando. Fabricábamos nuestro material: la red, el trapecio, la cuerda, los cilindros, los mástiles, las roldanas, todo lo teníamos a mano en los talleres  de la Universidad.

Inventábamos nuestros números buscando las peores dificultades, tomando riesgos increíbles : "la escalera de la muerte" con la flaca Lucy  Correa, y Marcos Barrantes. El número de equilibrismo, en "rola-rola", estaba a cargo de "El Garrafa". Pasaba "cocido" y mientras más cocido estaba, mejor realizaba su número, sin caerse jamás de los cilindros que rodaban sobre una superficie de 50 centímetros cuadrados a una altura de dos metros y, sobre el cilindro, una tabla, cuya  dificultad aumentaba con otro cilindro, otra tabla, hasta llegar a cinco o seis metros de altura. Me ponía tan nervioso que prefería mirar hacia el publico, ahogaba su grito en la garganta. Mis compañeros acostumbrados a verlo curado, temían un accidente, pero su actuación era de gran calidad. Más aún, en la cumbre sacaba una botella del bolsillo y se "pegaba" el último trago.
"Ghandi", el "Fakir" Claudio Contreras, estudiante de construcción civil , se atravesaba  rayos de bicicleta por  todo el cuerpo, incluso el sexo, en las sesiones privadas.
Y al trapecio el Flaco Salas , la Carmencita  Latorre y, como parador, el Rubio Caballero.
"El Zebra", otro equilibrista  al que así denominamos porque era "medio rayado".
"Alberto  Rico", de nombre verdadero Abel Torrico, cuya especialidad era pararse en las manos, desafiando las leyes de la gravedad. Estudiante de Construcción Civil, era capaz de pararse en un dedo sobre un palo de escoba, su número también era riesgoso, en la altura sobre cuatro botellas, una silla y sobre esta, otra, otra y otra, no podría decir cuantas, pero creo que era capaz de llegar a tocar las estrellas. En una oportunidad se vino al suelo con todo, quedando abajo de una montaña de sillas.

El espectáculo de los "Tonies": "Marraqueta", "Colisa"  y "Hallulla". "!Ay que Nervios!". Expresión que usaba en cada  aparición al "redondel" del Circo. Su consorte "El Burro Contreras" , sobrenombre utilizado no precisamente por sus orejas -se cuenta que su instrumento llegaba hasta las rodillas en posición de descanso-.
Después estaban "El Rafaela" Zapata, muchacho esbelto afeminado, con una voz de tono agudo y aflautado, que se mofaba del "Fleto" Raphael  de España, conocido cantante. Y el "Mojón de Playa", por lo negro y seco.

"Mincha" Tapia , originario del pueblo que llevaba su apodo, así logró hacer conocer este pueblo olvidado, convirtiéndolo en capital de un país imaginario. Fue presidente del sindicato de tonies.
También presentamos a "El Tenebroso", "Mefistófeles" González, hipnotizador. Su número era tan largo y aburrido que así lograba hacer dormir al público.
Personajes que quedaron grabados en mi recuerdo por tantos años y que hoy, por primera vez, los pongo en el papel. "Parecieran extraídos de algún sueño o de una película  de Fellini o de Kusturica.



(HUGO CABALLERO MONTOYA )

Quizás una de las barbaridades más grandes que se haya hecho en los años '60, fue el haberle cortado el pelo a un grupo musical llamado LOS JOKERS. Estos 'lolos' de aquella época emulaban a los Beatles y estaban alojados en el Liceo de Hombres de La Serena. Un grupo formado por R. Angulo, R. Quiroz, H. Caballero, A. Gómez, M. Barrantes y otros que ingresaron a media noche al liceo, les cortaron las mechas a estos pelucones. Dos de ellos usaban peluca, fue tal el escándalo que varios integrantes del circo fueron sancionados por esta maldad. La idea de este acto era darle realce al aniversario de nuestra gloriosa U.T.E.



.DIEZ AÑOS DESPUÉS  ( ALAN GOMEZ MICHEA )

Estaba terminando de acomodarme las calzas. Siempre me causaba un momento de duda,
pues no era un artículo de uso común entre los hombres y, de alguna manera, me hacía sentir incómodo. Su forma ajustada a la piel hacía resaltar cada curva del cuerpo e incluso, los músculos, que se delineaban perfectamente, creando una sensación de desnudez. Vestirse con ellas era, para el momento, todo un arte, ya que con cualquier manifestación de brusquedad se podían romper.
Concentrado en ello y ajustándome bien entre las piernas aquel milagroso calcetín -que de alguna forma abultaba y disimulaba mi mal criado órgano- resonó, filtrándose por entre el bullicio ensordecedor de mis compañeros con quienes compartía aquel viejo e histórico camarín de esforzados basquetbolistas amateur, el primer pitazo con que “el señor Corales” ponía en alerta a la ‘troupe’.
Siempre sucedía lo mismo, el sonido agudo y estridente creaba una décima de silencio en todos para luego despertar una algarabía ensordecedora, mezclada de nerviosismo, en que voces agitadas, carreras de los retrasados, órdenes imperiosas, llamadas incesantes, desorden generalizado, ebullición ‘in crescendo’ de órdenes y contraórdenes ante el inminente inicio del espectáculo, ponía un clima de densa tensión en todos.
El momento tan ansiado estaba llegando.

Habíamos practicado todo el año, en horas de clases que nunca se recuperaron; en noches eternas en aquel galpón mal iluminado; ensayando e ideando mayores dificultades y mejorando los movimientos; dejando de lados los otros compromisos y abocándonos, cada vez con mayor dedicación, a medida que los días del estreno se aproximaban; preparándonos para hacer de nuestro número lo suficientemente atractivo ante las miradas inquisidoras y justas de quienes hacían de jueces, en aquel jurado compuesto de antiguos y expertos compañeros, que guiados por nuestro Director Artístico, daban su veredicto aprobando, dando consejos y seleccionando los números que superaban aquel primer examen. Era nuestro primer escollo.

Respiré profundo, tratando de aquietar la taquicardia que comenzaba a agitar mi pecho. Me senté sobre la ropa arrugada que ocultaban por completo la banca que delineaba el perímetro de aquel camarín. Cerré mis ojos y dejé que el recuerdo invadiera mi ser, era inevitable, todas las veces era lo mismo, mi mente se proyectaba al pasado del que regresaba con energías inexplicables y un magnetismo lleno de positivismo.
Era difícil no recordar. Lentamente fui perdiéndome entre la niebla del pasado, mi entorno fue diluyéndose hasta desaparecer por completo, era como una regresión que me llevaba a verme hundido entre las sábanas ocre del aquel hospital pueblerino.
La oscuridad de aquella noche no era total. No podía ser total, pues, pequeñas luces blancas, verdes y rojas, parpadeaban intensamente de los monitores de sofisticados equipos que me vigilaban junto a mi cama y que monitoreaban mi estado casi inerte segundo a segundo, además, un fino haz de luna llena que se filtraba por entre los pliegues de la cortina y que me permitía recorrer con los ojos cada rincón de aquel cuarto, en que las sombras deformadas por aquellas débiles luces, iban creando imágenes que se abalanzaban sobre mí, oprimiéndome más mi atribulado corazón, evitando de paso, cerrar mis ojos por temor de que aquellas sombras se transformaran en fantasmas.
Aquel día en particular me sentía enormemente deprimido. Había despertado después de varios días inconsciente, no sabía cuántos. Traté de preguntar pero el esfuerzo de mover las mandíbulas me produjo un intenso dolor en alguna parte de mi cerebro, pero mi mente reproducía diálogos conmigo mismo, en que lagunas de respuestas inconclusas, no me permitían obtener la claridad de lo sucedido.
Habíamos salido de Santiago, íbamos al Valle de Elqui a reunirnos con mi padre que trabajaba al interior. No llegamos, a pocos minutos de haber dejado atrás La Serena, una yegua con su potrillo se cruzaron en la vía y el choque fue inevitable. El pequeño auto en que viajábamos se precipitó al fondo de una pequeña quebrada. No sentía nada, aunque estaba inmóvil aprisionado entre la silla y el tablero. A lo lejos escuchaba la voz de mi madre que me nombraba pero no lograba identificar la procedencia de su voz, luego fue todo oscuridad y silencio, silencio hasta esta madrugada que había recuperado el sentido.
Hubiese preferido seguir inconsciente.
Muchas personas con delantales blancos me visitaron. Sus conclusiones fueron claras. La falta de reflejos y la insensibilidad, debido al trauma por el golpe en la cabeza, me había dejado sin movimiento desde la cintura para abajo y con un mediano grado de dificultad en el habla.
¡Hubiese preferido seguir inconsciente!

Cerré mis ojos, movimiento que no pudo evitar mis lágrimas y me dejé arrastrar a un sopor que me aislaba de todo y de todos, pero que no evitaba oír las conversaciones que se iban sucediendo junto a mi cama.
En el centro de la esfera que me había creado, como un invisible blindaje, escuché la llegada de mi padre que en medio de los saludos con algún médico, deslizó aquella frase que terminó por hundirme en aquel foso de negrura absoluta y del que me propuse no emerger jamás.
-“¿…alguien le dijo que su madre falleció en el accidente?”– la voz de mi padre era inconfundible.
¡No, aún no! Creemos que usted es el indicado –le respondió alguien en un tono impersonal–. Espere que se recupere. Hoy está atribulado por haber conocido, luego de todos los exámenes que le hemos practicado, de su parálisis futura e irreversible.
Las voces se fueron alejando creo, o yo me fui hundiendo más aún en aquel foso.
Dos largos, fuertes y agudos pitazos me sacaron de mi ensimismamiento, volviéndome bruscamente a la realidad.
-Segundo pitazo –me dije para sí. Las frecuencias de los pitazos eran irregulares, podían ser seguidos o distanciados por largos minutos, dependían de muchas variables y como tal, el tercero podía llegar en cualquier momento y por ese motivo, la agitación se transformó en nerviosismo.
De todos los camarines comenzaron a salir los estudiantes, ahora transformados en artistas, impecablemente vestidos, la mayoría con algún retoque de maquillaje, sobre todo las chicas que lucían sus cabellos peinados de acuerdo a su “número” y de su rostro, resaltaban las sombras coloridas y brillos que combinaban con el tono de sus trajes.
Era todo un desorden y un bullicio que de alguna manera ayudaba a aplacar el nerviosismo. El encargado del departamento artístico, se paseaba entre todos, con sus ayudantes, intentando poner orden y formar en una fila de acuerdo a la presentación de aquella noche. En algún rincón amparado por la poca luminosidad del sector, algunas noviecitas habían logrado superar el cordón de vigilancia o con complicidad de algún ayudante, trataban de calmar a sus novios-pololos con besos y apretones deseándoles suerte, debiendo soportar las bromas de algunos compañeros o las envidias de otros. En un rincón, casi desaparecido en la oscuridad, los tonys y payasos disfrutaban del sabor dulzón del contenido de un par de botellas de pisco -para darse valor y desinhibirse, decían-. Las instrucciones de último momento se mezclaban con masajes; los giros de una venda que faltaba; ubicar en el camarín equivocado parte de la vestimenta extraviada; abrir de golpe una puerta y encontrar a alguna muchacha o chico en paños menores, apresurados, tratando de colocarse sus trajes a última hora; ubicar a alguien en especial que no había llegado; vestir a un reemplazo para la presentación y pensar en desplazar su número para darle tiempo a llegar; traer a empujones a aquel que simplemente andaba curioseando la 'galucha' en busca del familiar invitado o la novia retrasada; los menos, posando entre sus admiradores y sacándose fotos como recuerdo con alguien que no vería jamás.
Del otro lado de la frontera, simbolizada por la ‘Boca del Tony’, el público que había esperado pacientemente, también había escuchado el segundo pitazo y por ello, comenzaban a buscar sus asientos, acomodándose, comprar la última golosina, compartiendo sus mantas y ponchos, llamando a alguien de su grupo, haciéndose seña con sus amigos y los más, silbando y aplaudiendo, golpeando con sus pies los tablones de la galería, demostrando con ello su ansiedad para que el espectáculo comenzase. Las galerías y la platea totalmente llena, algunas personas de pie trataban de ubicarse en algún sitio que no estorbasen. Estaba todo dicho, el espectáculo que habían esperado un año, estaba por comenzar.
En los vértices del estadio que esa noche era un Circo, sendos reflectores jugaban con su haz cruzando el espacio hacia las estrellas haciendo aumentar la expectación y efervescencia. Los muchachos de la orquesta tomaban sus lugares, leían el programa y afinaban sus instrumentos con los temas asociados con  ligeros acordes y suaves redobles.
Alrededor de la pista y en lugares estratégicos, donde los cables de los palos mayores se cruzaban con algunos tensores, se iban ubicando los Ayudantes de Pistas, con sus chaquetas azules, color símbolo de la universidad y sus guantes colgando de alguno de sus bolsillos posteriores del pantalón, presto a ser parte del momento que se avecinaba.
Todo parecía en orden, poco a poco el público, los músicos de la orquesta del Circo y los artistas fueron guardando silencio…esperando…
Atrás quedaban horas de eternos y agotadoras jornadas de ensayos; horas de insomnio al repasar repetidamente cada detalle del “número” buscando en teoría lo que en la práctica le permitiera mejorar sus habilidades para perfeccionar la presentación; momentos de profunda atención para captar las enseñanzas del “maestro que egresaba; aprendizajes de concentración y relación.
Y en esos segundos o minutos tal vez, mis pensamientos se alejaron hasta aquella sala del hospital de paredes blancas, inmaculadas y agobiantes. Allí también era de noche aunque no había reflectores ni trajes relucientes, sólo silencio, que el ulular de alguna sirena, en alguna parte, rompía la quietud nocturna. En aquel lecho, de sábanas tan blancas como las paredes, yacía inerte, con los ojos cerrados sin demostraciones de que estuviese dormido, más bien, era un estado catatónico.
Mi mente…en blanco. Se había detenido cuando mis pensamientos luchaban por convencerme de que mi parálisis era todo una burda mentira, una pesadilla de la que pronto iba a despertar, pero, mis órdenes cerebrales se quedaban en el intento. Lo único diferente en mi quietud era el suave movimiento de mi camisón a la altura de mi pecho, todo lo demás, de una rigidez extrema y en ese estado nunca tuve la certeza cierta de lo que sucedió.
Por el rabillo del ojo noté que la puerta de la habitación se abría lentamente. Por ella, en un haz de luz brillante que me enceguecía, se recortó la figura de alguien que conocía a la perfección. Mi corazón dio un brinco, con rapidez mis manos buscaron proteger mis ojos inútilmente. Aquella persona avanzó, tomó de mis manos y tiernamente cubrió mis párpados con sus besos. Era cálidos sus labios, un calor diferente sentí que recorría todas las venas de mi cuerpo. Abrí los ojos, ya la luz no me molestaba y la pude ver, era mi madre, fresca, alegre, como si nada. Antes de que lograse articular palabra, ella rompió el silencio.
¡Hijo, no temas!-. Su voz era calmada y dulce. Lo que te dijeron es cierto, yo ya no soy de este mundo, pero quería verte. Aquí me tienes. ¿Sabes quién me acompaña? Tu abuelita, mi madre, ella me esperaba en este tránsito inesperado.
En ese momento, junto a ella, se apareció la figura canosa de mi abuelita, tal como la recordaba, con su rostro cruzado de mil arrugas pero, de una sonrisa tierna y hermosa.
¡Mamá! ¿Cómo es posible, si mi padre y los doctores me dijeron…?-. Tuve miedo de completar la frase -. ¡Dime que todo es un sueño!
¡Hijo, de alguna manera lo es y de alguna manera no lo es! Es como esos cuentos de hadas que parecen ser de verdad. Es como la magia de un mago, que tu sabes que no es cierta, pero la ilusión te hace creer que es cierta. Es como esos sueños inalcanzables que se hacen realidad.
Si dudas era un sueño, aunque no una pesadilla, aunque me inquietaba. ¿Alguien lo creería mañana si lo cuento?
Quiero que me acompañes, iremos a un lugar en el futuro, donde te verás a ti mismo en medio de un espectáculo maravilloso.
Mamá, yo quisiera pero no puedo moverme, tengo mis piernas paralizadas desde el accidente y mi futuro…mi futuro será éste o una silla de ruedas.
¿A ver? -De un suave pero seguro movimiento, ambas retiraron mis cobijas dejando mis piernas inmóviles al descubierto- ¿Mira, sabes lo que tengo en mis manos? Es polvo, polvo de estrellas que te ayudarán.
Y sin esperar mis comentarios, dejó caer sobre mí, millones de partículas brillantes, en todo mi cuerpo, que al hacer contacto me produjeron suaves clavaditas en mi piel a la vez que sentía una corriente de energía divina y sin darme cuenta como, de pronto me vi de pié junto a mi madre y mi abuelita.
Debemos darnos prisa –hablaba como si todo fuese de lo más normal–, ya está por comenzar. Tomaron de mis manos y tirándome, avanzamos hacia la ventana y la cruzamos como si no hubiese existido nunca nada.
¿Adónde vamos?. Pregunté gritando en medio de la nada.
¡Vamos a una carpa! La carpa más grande del mundo y del universo entero…
Pero mi padre siempre ha dicho que debo tenerle miedo a los moradores de las carpas, porque están habitadas por gente mala.
Hijo, en el mundo existen tres tipos de carpas, aquellas donde viven familias enteras porque es su forma de vivir, por lo general, pueblos nómades, y sus carpas son acogedoras, de colores vivos y hermosos, son gente buena, tienen familia e hijos, como nosotros; otras carpas, generalmente de colores verdosos, con figuras deformadas y opacas tratando de disimularse o pasar desapercibidos entre la naturaleza, se esconden, allí habita la muerte y quienes la moran, son los jinetes de la apocalipsis vestidos de humanos.
-¿Y a cuál vamos nosotros?, pregunté lleno de curiosidad y dudas.
Nosotros vamos a otra carpa, diferente a las que te mencioné. Allí abunda la alegría, el espectáculo, la amistad, el compañerismo, la confianza, la lealtad, la belleza, el amor; allí desaparece el egoísmo, el odio, la desconfianza, la rabia, la envidia, el desamor, los pensamientos negativos…
¿Existe un lugar así, realmente?
¡Por supuesto que sí! Es único en el mundo, sus integrantes son todos estudiantes universitarios que han unidos sus inquietudes artísticas y quitándoles horas a sus estudios, presentan cada año su espectáculo a la ciudad, para dar gracias a seguir existiendo y demostrar que donde hay unión, compañerismo y deseo, existe vida, alegría y amor.
“Demostrar con su entrega que a pesar de las guerras, allí existe la unión. Un lugar donde no se conoce el machismo, ni el  feminismo, ni el dogmatismo, donde no existe la enemistad por diferencias políticas, conviven todos los credos religiosos, no hay diferencias de razas ni de color de piel. Allí se habla un solo idioma, es el idioma del corazón.
-¡Apresurémonos! ¿Ves aquellas luces que van y vienen, horadando el espacio y las estrellas y, las otras que se encienden y apagan?...Allí es…
-Pero…espera, tú me dijiste que era una carpa y yo no veo ninguna carpa, sólo luces y gente reunida en un estadio.
-Hijo, no hay que mirar las cosas con los ojos solamente, hay que aprender a hacerlo con el corazón también…
“Te dije que era la carpa más grande del mundo y del universo ¿Verdad?, Ahora que llegamos, mira hacia arriba. ¿Qué ves? Una eterna e infinita carpa de estrellas, sobre nuestras cabezas no hay una lona, hay millones de estrellas, todo el universo y el polvo que ellas generan, el mismo que usé en le hospital contigo, se concentra en este punto y… ¡Escucha! Justo están sonando los tres pitazos, los polvos de estrellas dan vida al maravilloso espectáculo del Circo…
Justo en ese momento reaccioné, no sabía decir si por instinto o fue sólo el sonido agudo de los tres pitos que anunciaban el inicio de todo.
Las luces del estadio se apagaron, las haces que giraban por el cielo se concentraron en la “boca del tony” y una voz grave, profunda, en “off”, anunciaba que el espectáculo estaba por comenzar. La voz del “Señor Corales” rompía el silencio expectante del anuncio y acallaba algún murmullo, cuando, a través de los parlantes, nítidamente, fuerte y claro sobresalía la voz que decía: “Señores y Señores, distinguido público…muy buenas noches. Los estudiantes de la Universidad Técnica del Estado, sede La Serena, presentan a ustedes, el gran Circo Minero 197…
En ese momento la Orquesta del Circo, irrumpía con los sones, con su versión, de la marcha “Bajo la Doble Águila, de J. F. Wagner”. Simultáneamente la guaripola, con su falda a medio muslo, se destacaba en la “boca del tony”, marcaba el ritmo y daba inicio al espectáculo con el desfile y presentación de todos los artistas.
Uno a uno, por parejas o en grupos, la “boca del tony, iba “vomitando”, en un derroche de trajes multicolores, lentejuelas y plumajes, una diáspora increíble de jóvenes promesas que mostrarían su destreza y alegría contagiosa, a su público serenense.
Las graderías rebosantes de amigos, familiares, curiosos, ex estudiantes, autoridades, público en general, fieles todos al Circo, que esperaban con ansiedad la llegada de agosto para ver el progreso de los números antiguos, el deslumbre de otros nuevos, la consagración de muchos. Gente de todas partes, que mezclaban su género, olvidándose de rencores y diferencias, soportando el frío en la plenitud del invierno o protegiéndose de la típica neblina o la insignificante llovizna que la carpa de estrellas, por supuesto, no los aislaba. Atrás quedaban las horas de espera en una fila interminable para que llegara el minuto de entrada al recinto para quedarse inmerso en ese mundo de ilusión y fantasía.
Y la fantasía comenzaba a hacerse presente cuando el tercer pitazo resonaba en todo el estadio, con él se acababan los preparativos y debían desaparecer los nervios y los rostros eran iluminados con una sonrisa mientras se deslizaban, llevados por el haz de luz de uno de los reflectores fabricados en uno de los propios talleres de la universidad, hasta la pista.
La voz profunda y grave del “Maestro de Ceremonia”, el legendario “Señor Corales”, iba disponiendo el ingreso, rodeando a la juvenil guaripola, las decenas de artistas venidos de todos los confines del mundo. Allí se mezclaban los embajadores del arte e ilusión de China, Japón, lejano oriente, alemanes, de los pirineos, los españoles, ingleses, hindúes, Patagonia, brasileños, canadienses, rusos, italianos…y desde luego, de países desconocido y desclasificados, como el de “Mincha” o “Calerianos”, entre otros, y por supuesto, de algunas ciudades de Chile, los menos.
Era un arcoíris desplegado íntegramente en el pequeño espacio del “redondel” y entre aquella muestra de diversidad y fraternidad mundial, los payaso y tonys que se mezclaban entre todos, contagiando con sus trajes, rostros pintarrajeados, gestos, guiños y risas grotescas, llenado de alegría la sobriedad de aquel desfile de presentación en que los corazones de aquellas docenas de muchachos y chicas estudiantes todos, latían a un mismo ritmo, bajo los sones de la orquesta circense y por su Circo Minero.
Yo estaba mudo de la sorpresa, asombrado de tanta alegría y belleza, no pudiendo evitar la risa ante la caída aparatosa de uno de los payasos. Mi madre sólo me miraba, dejándome disfrutar el momento.
¿Ves aquel grupo todo de blanco que resalta de las demás?. Mientras, se inclinaba sobre mi hombro señalándome con su dedo un juvenil atleta que sonreía orgulloso, entre el grupo de artistas.
Sí, si lo veo. ¿quién es? ¿debo conocerlo?. Pregunté aunque el rostro me era ligeramente conocido, aunque no lograba identificar plenamente.
¡Míralo con atención!...Eres tú dentro de diez años. Guardó silencio esperando mi reacción.
Mamá, pero si tu sabe que yo estoy inválido. ¿Cómo podría estar allí?. Un leve escalofrío recorrió mi espalda.
Hijo, la invalidez sólo está en la mente y tu lo estás porque escuchaste decir que lo estabas. Pues, ahora ya te has visto en tú futuro. ¡No te veo inválido! La ilusión, la fantasía, el deseo, creer en sí mismo y pensar en una meta, aunque parezca imposible o lejana, es lo que nos hace estar vivos.
¿Tú crees que podrá algún día estar allí, en medio de esa fiesta estudiantil?
¿Y tú, qué crees? Eso es lo que importa y no lo que yo creo o quiera, es lo que tú, tienes que querer.
Mientras el grupo de circenses saludaba con una venia al “respetable público” para comenzar a retirarse hacia la gran “boca del tony” que lo esperaba ansiosa, el público respiraba más tranquilo pues, por fin iban a disfrutar de una noche fantástica.
Nosotros nos comenzamos a alejar, como en una proyección, hasta que las luces del Circo sólo fueron un punto más en el universo de la ciudad.
Nunca supe si fue un sueño o una realidad fantástica, lo cierto es que al revisarme los médicos aquella mañana, vi reflejarse en sus rostros la incredulidad cuando, por cumplir su rutina, uno de ellos pinchó con una aguja la planta de mis pies y mis músculos reaccionaron instintivamente, manifestándolo con un ¡ay! el pequeño dolor.
Un par de lágrimas quemaron mis mejillas, busqué con mi vista la imagen de mi madre…nada, sólo un suave movimiento de las cortinas, pensé que pudo ser la brisa, no lo sé, pero desde aquel día fui progresando en la batalla contra la invalidez y hoy, exactamente diez años más tarde, escucho, como si fuera una alfombra de polvos de estrellas, el aplauso sincero de un público expectante que se deleita con asombro de las figuras, al límite de la prudencia, con que, con mis compañeros, hacemos sobre una escalera suspendida en las alturas, que gira sobre su eje bajo el control mesurado de nuestra destreza.




Muchos piensan que : "todo tiempo pasado fue mejor", pero en el caso de nuestro Circo Minero yo pienso que todo tiempo es distinto, durante nuestra época de estudiantes universitario (1967-1973). Vivíamos en un Chile Muchos piensan que : "todo tiempo pasado fue mejor", pero en el caso de  totalmente distinto ya que estábamos en los inicios de una revolución tecnológica mundial y una gran  efervescencia social y política. Estudiar en nuestra querida U.T.E. era para nosotros un desafío inmenso, ya que esta casa de estudios le entregaba formación profesional a todos los que integrabámos la clase media de nuestro país. Por lo tanto los grupos que se formaron al interior de la universidad fueron principalmente hijos de trabajadores del estado o obreros de la época.


Al integrarnos al Circo Minero adquiríamos una gran responsabilidad, ya que en aquella época todos éramos de escasos recursos y la Universidad no disponía del ítem para solventar los gastos del Circo, tal es así que todos los artistas debían proveer sus propias vestimentas. Quizás una de las personas que más representa nuestra época (año 1967-1972), es el "Matute" Nelson Gallardo, puesto que sin ser estudiante de la universidad, se integró absolutamente al circo minero con el conjunto musical "Grupo Uno ", tocando la batería y seleccionando los temas musicales para cada uno de los números artísticos. Deuna linda historia que aún recordamos con mucha emoción. Hoy que estamos celebrando el aniversario de nuestra querida UTE, saludamos con mucho cariño a este tan especial amigo.



Agosto de 1969. Hoy me llamó nuestro presidente Ramiro Angulo para que le avisara a la chica Laura Ogalde que prepare el vestuario de los siguientes artistas que participarán en la gala de este sábado: maestro de ceremonia, Jaime torreblanca; guaripola Patricia Rubio; Águilas voladoras, Oscar Albornoz, Pato Vejar, Orlando Navarro, Gregorio Rojas, Juan Castro; Los Fakires Alicia Rodríguez, Manuel y Aldo Erazo; Escalera de la muerte, Lucy Correa, Wilson Díaz, Julia Gálvez, 'chueco' Aracena. También debí llamar a Mario Zapata que junto al 'Burro' Contreras preparen a su sindicato de Tonys y a Jorge Castellón junto a 'Peruco' Campos, para que preparen la pista y la iluminación. De la música se ocupará 'Matute' con su grupo Uno.
Este sábado también recordaremos a nuestro amigo Benito Herrera, al 'loco' Mairana y a otros artistas que ya son profesionales y hoy nos honrarán con su presencia. Esperemos que todo nos salga bien.



 Junto a Javier Ortiz y Waldo Morales me encuentro en la parte alta de la gradería de la Bombonera, nosotros somos los encargados de los tarros que hacen el trabajo de reflectores y desde acá tengo la oportunidad de ver que la Bombonera está a tute, incluso los vecinos de la Kenita Namias ya están todos en sus ventanas. Desde acá puedo ver a los profes : 'Chueco' Boin, 'Papayo', 'Lobo' Benet, 'Pirata' Morgan, 'Timochenko', Pascual Morales, Mario Ibarra, 'Chino' Núñez , Nuestro Rector el 'Rata' Larraguibel. También diviso al 'Chico' Varas (fotógrafo), 'Guatón' Bolados y 'Don Bolo', 'Don Tilo', Adriana Torres y las ricas hijas del 'Econo'. Como el espectáculo ya se inicia, después les cuento más.



 Junto con disfrutar de este tan lindo espectáculo de nuestros compañeros, aprovecharé de dejar algunos recuerdos de nuestra época, para que lo lean nuestros hijos: Conjuntos musicales; Largo Camino, Los Mascot, Los Cumaná, Los Pampinos. Línea de buses Libac, Andes Mar Bus (vendedor de pasajes El Piricho), Expreso Norte. Fuente de sodas: EL Viena, El Nuria, La Gina. Perro mascota 
Durante los años sesenta y setenta   nuestro querido circo tuvo la oportunidad de presentarse en distintas partes del país, hoy recordaremos cuando el año 1970  viajamos a la ciudad de Antofagasta, nuestro viaje se realizó en el mes Septiembre pasando las fiestas patrias en dicha ciudad. El viaje se inició  con la salida de una micro de la Universidad desde La Serena en la cual viajábamos parte de los artistas y dirigentes  y en camión  los elementos  de nuestro circo mas los encargados de pista.





Los viajes siempre estuvieron  llenos  de anécdotas.   Era el mes de Septiembre y nuestra actuación fue en el estadio regional de Antofagasta .La presentación fue todo un  éxito y fuimos muy aplaudidos por la  concurrencia. Para la estadía fuimos acogidos por la U.T.E  de Antofagasta, el resto de los gastos corrió por nuestra cuenta.

En aquella época varios de los integrantes de nuestro querido circo  eran menores de edad, principalmente los que pertenecían al grado  oficio, por tal razón se asignaron a los mayores su responsabilidad y cuidado de los mismos, principalmente a las mujeres. En todo caso debemos aclarar que si bien es cierto que existían varios pololos estos actuaban con mucha responsabilidad.Como norma general  no se consumían drogas y el bebestible era principalmente cerveza.

Aporte de Alicia Rodríguez Alvarez

Respiro profundo y cierro mis ojos; mi mente juega con los recuerdos y me traslado a esos años maravillosos, entré a la Universidad...........crecí, dejé de ser liceana irresponsable para buscar mi camino en la vida, ahí estaba,... grandioso, glorioso e inalcanzable... el famoso y admirado Circo Minero, no lo podía creer pero fui adentrándome en él, aprendiendo cada día a conocer nuevas personas, acercarme a los artistas y sentirme parte de ellos fue todo uno, no me dí cuenta cuando estaba cortando boletos para el respetable público, arreglando los trajes y de pronto... en la pista, todo fue mágico, todo impresionante, todo maravilloso, quienes alguna vez llegamos a tocar este mundo especial lo podemos entender, mis palabras no son lo suficientemente sabias para plasmar los sentimientos que eso involucra, algo tan especial que para mi es indescriptible, viajar por un mundo de magia y profesionalismo a toda prueba. 
Cada uno de los que formamos esa caravana dimos lo mejor de nosotros para lograr que todo fuera perfecto, cada número, cada música, el vestuario, las luces, la pista, todo formando un conjunto en donde se forjaron hermosas amistades, grandes romances, lindos amores algunos de los cuales, hoy siguen su camino juntos, unión férrea que hasta hoy día nos mantiene unidos juntándonos mes a mes para hacernos cariño y no perder esa magia maravillosa que representa nuestra transición de jóvenes a adultos.
Han pasado muchos años pero en mi mente aparecen imágenes nítidas de todo lo que viví en la época, para mí, la más hermosa del Circo Minero, entre los años 1967 y 1972, en donde se desarrollaron números artísticos de tal calidad que permitió el reconocimiento de otros circenses que disfrutaron de nuestros espectáculo y nos dió la posibilidad de presentar nuestro Circo en muchos lugares.
Pero, el inexorable paso del tiempo nos saca de ese ensueño y nos lleva por los caminos de la vida profesional, termina nuestro periplo por el Circo Minero quedando grabada a fuego nuestra experiencia como parte de él siempre con la esperanza de volver y dar lo mejor de nuestros corazones a las nuevas generaciones de circenses.
Gracias Circo Minero por todo lo que me diste, sólo me resta darte un aplauso por existir y ayudar con un granito de arena para que los nuevos alumnos sean parte de ti con la misma entrega que dimos los de mi tiempo y luchen para que nunca termines.

Finalmente quiero agradecer a nuestro Grupo : Amigos y ex-integrantes del Circo Minero , por darme la oportunidad de aportar con estos pequeños recuerdos, para mantener la llama viva de nuestro corazón circense que seguramente nos acompañará hasta el final de nuestros días .- Saludos.PEDRO HIDALGO BARRAZA