martes, agosto 18, 2015

CUARENTA Y DOS AÑOS DE MATRIMONIO

El 18 de Agosto del año 1973 se celebró el matrimonio de don Pedro Hidalgo y la señorita Alicia Rodriguez en la ciudad de Coquimbo, siendo el padrino de la novia su padre don Luis Rodriguez y la madrina del novio la señora Iris Hidalgo el cura que los casó se llamaba Domingo Mileo y se llevó a cabo en la iglesia de Guayacan a las 21.00 Horas, posteriormente se realizó una fiesta en Palominos 769. Así comienza nuestra linda historia de casados y ya han pasado lindos 42 años de feliz matrimonio con un resumen muy favorable en lo sentimental, familiar y laboral. La vida nos regaló dos tiernos hijos y cuatro hermosos nietos todos ellos son nuestro mayor tesoro.
Nuestra vida de casados se inicia en Vallenar laborando en Boqueron Chañar y mi esposa terminando su carrera de Ingeniería, luego de una cesantía obligada por los momentos  que pasó nuestro país sigue lo laboral en Huasco en la construcción de la Planta de Pellet y la llegada de nuestro hijo Pedrito y la titulación de mi esposa el año 1978 decidimos probar suerte en el norte del país por algún tiempo con dos hijos pequeños tomamos el camino que nos finalmente sería el más importante en nuestras vidas, ya que pasamos 30 años en Calama prestando servicios a la gran minería de nuestro País.
Profesionalmente nos desarrollamos sin mayores problemas entregando cada uno de nosotros el tiempo y la dedicación que se necesitaba para ello, familiarmente nunca tuvimos problemas y nuestros hijos obtuvieron la dedicación y el amor necesario para ser lo que hoy son y eso se refleja en su actual vida, siendo unos padres ejemplares y unos hijos super tiernos y amorosos. Tambien hemos tenido la suerte de contar con grandes amigos que nos acompañan de la época de estudiantes universitarios hoy tambien convertidos en super abuelitos.
Despues de toda una linda vida de trabajo llegamos a la Jubilación y al merecido descanso para lo cual nos trasladamos con monos y petacas a la  ciudad de Coquimbo y acá estamos escribiendo esta pequeña historia que seguramente nuestros nietos agradecerán de todo corazón cuando ya no estemos en este mundo terrenal y sólo queden los recuerdos de nuestro paso por este mundo. Finalmente debo agradecer la paciencia de mi adorada esposa que me ha aguantado por más de cuarenta años y que me entregado todo su cariño y amor. Saludos de un eterno enamorado y muy agradecido de la vida que me ha tocado vivir.PETER