jueves, julio 23, 2015

LA EDAD Y LA MEMORIA

Con mucha pena relato lo que me pasó ayer en  la feria de mi barrio, yo me encontraba comparando algunas frutas y de pronto me encuentro frente a frente con un buen amigo que conocí en la logia de Calama, el nombre de el es H. Vega, lo saludé con mucho cariño y en forma muy rápida le consulté por una agrupación local que está en conversación con nuestra Junta de vecinos y que tiene que ver con la masonería, el amablemente me contestó algo que en primera instancia no comprendí muy bien, seguidamente me comentó  que los doctores le habían indicado que su enfermedad no tenía tratamiento alguno, por esa razón el había decidido recurrir a unos especialistas Ecuatorianos, para seguir un tratamiento alternativo ya que según me indicó se le olvida todo lo reciente. Yo, el muy despistado  no había entendido mucho el mensaje y me despedí rápidito indicandole que era su amigo Pedro de Calama quien lo saludaba.Al llegar a mi hogar le conté a mi esposa lo que me había sucedido y concluimos que el buen hombre está viviendo una de la enfermedades más temidas por el ser humano y esta no es otra que la pérdida de la memoria, según mi amigo a sus 78 años de edad ya no participa en ninguna actividad social por no reconcer a nadie.

La edad y la memoria no siempre andan de la mano, cuando somos pequeños pocas veces podemos distiguir a las personas, en general creo que sólo sabemos quien  es nuestra madre, despues reconocemos a nuestro padre , hermanos , tios y algunos amigos. Pasado los años no llenamos de familiares y amigos y nuestro disco duro los ubica a todos con nombres y apellidos, pero despues de los sesenta la cosa se empieza a tornar más lenta y creo que pasado los setenta es aún más dificil recordar todos  los nombres con apellidos, habrán muchas excepciones, pero en general a los humanos se nos empieza a olvidar nuestro pasado, más aún hay varias enfermedades que ayudan a acelerar este proceso.Razón más que suficiente para que este simple mortal dejé en estas lindas páginas lo que más pueda del vivir diario de nuestros amigos y familiares, porque finalmente algún día yo tambien me encontaré con mi fragil memoria que ya no va querer viajar más en el tiempo.