lunes, julio 06, 2015

MI NOMBRE ES PEPONA

PEPONA ,  fué el nombre que me puso mi adorada Alicita, ella con sus cuatro añitos de edad me adopotó y pasamos unos años muy felices juntas, yo soy enterita de trapo y mis piernas son más largas que las de Alicita tengo una trenzas super largas mis ojos son super bellos y mi memoria es super buena, por tal motivo les contaré una linda historia que me tocó vivir.
Conchi Viejo 1964 Calama, ahi se inicia toda esta historia con mi llegada a una linda familia compuesta por el papá, la mamá y un hermano de mi Alicita, tambien había una señora llamada Juanita que era como de la Gestapo, no se reía ni por casualidad y tenía un hijo llamado Carlin el cual era como creido y medio mirador en menos, a mi por ejemplo nunca me hizo un cariñito el sólo jugaba con Pedrito.Tambien un día trajeron a vivir a la casa una cosa negra peluda con cuatro patas desde una instalación de faenas, lo llamaron NEGRONI, yo le tiritaba porque me veía entre sus fauces, claro que le estoy poniendo mucho color porque era apenas una cosita insignificante. Como la vida no es tan simple tambien tenía que convivir con una Gatubela llamada MININA , esta si que nunca me infló.

Mi vida era de rosa ya que mi Alicita era super regalona  de los papás y le daban en el gusto siempre, lo bueno de todo es yo participaba en todos los paseos o fiestas, ya que era la más querida de mi Alicita, para los cumpleaños o fiestas de pascuas llegaban otras muñecas super cachilupes llamadas BARBY, pero aún así yo siempre fué la preferida. Bueno debo tambien contarles que Alicita era super mala para comer y me hacía participar de todas sus comidas y un grán día llegó a nuestro hogar una señorita llamada Juana Trigo, este angelito llegado del sur del País era la única capaz de alimentar a Alicia.

Durante mi vida de dama de compañía conocí a muchas amigas que visitaban la casa, partiré por la más regalona de todas su nombre: Claudia Prado, era una negrita nada más simpática pero como que las muñecas no eran su fuerte, en todo caso a mi siempre me trató muy bien y era parte de la familia, ya que vivía y moría con nosotros. Tambien habían otras amigas del barrio como la Yesica Alarcón hija de un grán jugador del Cobreloa, la Laurita  Bravo hija de un  amigo del papá, bueno llegabán varias pequeñas más , pero mi memoria de muñeca de trapo no me dá para tanto.

Durante los veranos  nos ibamos de vacaciones al sur del País y yo era la primera en estar arriba del auto amarillo que recorría kilometros como condenado, lo normal era parar en Vallenar donde unos tios super simpáticos para luego llegar a Coquimbo a disfrutar de los tatas y los tios Rodriguez, los cuales tenían tres hijos menores que Pedrito y Alicita. Lo más descueve de todo es como al segundo día nos ibamos a una linda playa llamada Guanaqueros y la pasamos chancho, porque era  como la playa más linda del mundo y ahí si que mi Alicita se comía toda la comida que le servían donde EL PEQUEÑO.

El tiempo pasó tan rápido que no me dí ni cuenta cuando mi linda niña se me fué transformando en una super lolita y yo como es lógico pasé a vivir en el closet, pero igual ha quedado en lo más profundo de mi corazón de trapo todo el cariño y el amor que recibí de esta linda familia. FIN DEL CUENTO