domingo, junio 21, 2009

A MI PADRE


Recordar a los padres con amor y cariño es parte de nuestra existencia, muchos de ellos ya no estan en esta vida terrenal , pero estan y estarán en nuestros corazones para siempre.

Manuel Nadid Hidalgo Hidalgo, así se llamaba mi querido padre, el con todo el sacrificio y amor del mundo me enseñó que la vida era simple, sólo debemos vivirla día a día, durante diecisiete años tuve la suerte de vivir junto a este hombre simple, a veces un poco rudo, tal véz no muy letrado , pero inmensamente tierno. Junto a mis hermanos ( que son varios ) siempre recibimos los mejores consejos , los cuales nos han servido para nuestra vida futura, tambien junto a él aprendí a valorizar la amistad , ya que era uno de sus deportes favoritos.


Varias familias y amigos de mi padre compartieron vivencias en nuestra casa, la verdad es nunca entendí como se hacía para vivir casi como en tribu, ya que muchas veces eramos como tres o cuatro familias viviendo juntos, sólo separado por dormitorios y cocinas. Don Guillermo Polanco, esposa y cuatro hijos, Don Manuel Olivares , esposa y dos hijos, la señora Blanquita, Don Celestino Gaete y otros que no recuerdo sus nombres, pero siempre estaran presente en mis recuerdos.

Tambien recuerdo a personajes que nos visitaban a diario como : Washisgton Torres, el Pichicho, el maestro Cruque, y otros que sólo estan en mis recuerdos ya que estamos hablando de cincuenta años atras, pero en todo caso lo rescatable de todo esto es que mi padre siempre tenía tiempo para atenderlos a todos, seguramente este acto me marcó bastante en la vida , ya que una de las cosas que más me gusta es compartir la amistad. Ser amistoso y practicar la amistad nos es lo mismo, ya que la amistad debe ser regada y cuidada como uno del más lindo de los jardines que uno tiene en la vida, mientras que ser amistoso simplemente es ser simpático y agradable con los amigos.

Ahora que soy un feliz padre de familia, incluso con tres hermosos nietecitos, las enseñanzas que recibí de mi querido padre las he transmitido a mis adorados hijos y espero que ellos lo hagan tambien con sus propios hijos ya que la vida nos enseña que sólo el amor y la amistad perduran. Los tiempos han cambiado mucho, pero lo que nunca cambiará son los sentimientos y como somos humanos debemos guiarnos principalmente por los mandatos que emanan de nuestros corazones y eso seguramente nos mostrará el verdadero camino de la felicidad.

Manuel Hidalgo, recibe todo el amor de este hijo que aprendió de tí a entregar sin pensar en recibir y a cultivar la amistad tal como me lo enseñante , Gracias padre mio y pronto estaremos juntos viviendo los frutos de lo que sembramos, en este mundo terrenal.PETER.


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